DIAGNÓSTICO
La prueba usada para diagnosticar la EPOC se llama espirometría y estudia el funcionamiento pulmonar. El paciente tiene que respirar profundamente y luego expulsar el aire con toda la fuerza posible a través de un tubo conectado a un aparato que registra los valores numéricos de la prueba. Se mide el volumen que el paciente es capaz de espirar y la velocidad a la que lo consigue realizar. Esta información define cómo están funcionando los pulmones y si puede haber algún tipo de obstrucción en las vías respiratorias que haga sospechar de EPOC.
Los antecedentes del paciente (si fuma o si está expuesto a contaminantes químicos por motivos laborales) y el historial médico de su familia (si algún pariente ha sufrido EPOC previamente), así como los síntomas que pueda presentar, también ayudan al médico a establecer el diagnóstico de EPOC.
Se conocen varios tipos de EPOC –llamados fenotipos-y cada uno de ellos requiere un tratamiento diferente, por lo que es importante que en el diagnóstico, el médico determine qué fenotipo de EPOC presenta el paciente para prescribirle el tratamiento más adecuado.